ECONOMÍA Y POLÍTICA: “UNA LUZ AL FINAL DEL TUNEL”

Por David Sena. La Argentina de todos los tiempos es un eterno “caer en desgracias”, quizá sea un tanto duro iniciar una nota en este sentido, para algunos no les agradará mi tono amarillista. Sin embargo, no podemos darle solución a un problema si no iniciamos por ser netamente realistas. El doctor que es cirujano, una vez que se encuentra en el quirófano, no da vueltas al asunto cuando tiene que extirpar un tumor cancerígeno, de la misma forma los argentinos deberíamos comprender la situación delicada del país, cual si fuera un enfermo terminal. Esta analogía es tan visible en estos tiempos que en el momento que me encuentro escribiendo estas líneas se me pone la piel de pollo, de la indignación e impotencia.

Es de público conocimiento que los argentinos están resistiendo los embates de los aumentos de precios, el desempleo –que se encuentra en niveles siderales – algunos resisten contra viento y marea ante un posible despido, que dicho sea de paso, las empresas están ejecutando a los efectos de achicar costos. Argentina es un mar de dudas y cuando miramos hacia quien tiene el timón del País, se nos llena la canastilla de preguntas. El oficialismo genera más dudas que certezas y además, podemos decir que la credibilidad de una Nación comienza por la cabeza y… – “si la cabeza está mal, todo el cuerpo lo estará” – En esta nota no voy a dedicar letras a los “gatos” que merodean el gobierno, no vale la pena, eso se lo dejo a los programas de chimento que lo hacen bien.

Necesitamos algunos tips para salir del mal momento, a lo que me viene a la cabeza algo, que muchos nos preguntábamos previamente a las elecciones – ¿tienen un plan? – mirando el panorama sombrío del presente, pareciera a simple vista que no y eso está perjudicando a esta gestión y a todos nosotros. No hay que ser un genio para divisar que los tarifazos que se están dando a lo largo y ancho del país es parte de una desregulación intencionada. El problema no es el precio, el problema radica en poder pagarlo, el común de la ciudadanía tiene ingresos al filo de la pobreza/indigencia y no se avista solución cercana -¿y el plan? ¿el congelamiento de los salarios es parte de un plan? – me viene a mi memoria una célebre frase del señor presidente “no podemos hacer cosas distintas con los mismos de siempre” pero ¿es posible lograr objetivos distintos con los métodos ortodoxos de siempre?

Milton Friedman sostenía como una máxima que la inflación es en todo momento un fenómeno monetario, bien y entonces ¿qué hacemos? Javier Milei, amante de los grandes economistas, no pareciera tener claro los pormenores (si es que lo podemos llamar así) de las nefastas condiciones en la que se encuentran muchísimas familias del conurbano y del interior del País, que son parte de la microeconomía y eso no pareciera interesarle. Ahora bien, sin un plan de desarrollo económico, sostenible en el tiempo, con reglas claras y un marco legal aceptable para todas las partes, es decir justo, no podremos salir adelante y eso no se puede negociar, tampoco, se puede dejar de ver que el grueso de la población tiene carencias de necesidades básicas.

Finalizando, el panorama es desalentador y más aún cuando los que deben manejar los hilos de la conducción lo hacen con despotismo y displicencia. Pero, lo bueno es que contamos con los medios que nos ofrece la democracia, bendita e inmaculada, que como sistema nos brinda la opción elemental de elegir a quienes nos gobiernan y les recuerdo estimados lectores, el año próximo será complicado, pero será electoral y eso puede ser la luz al final del tunel, veremos.