POLÍTICA: EL GOBERNADOR AXEL KICILLOF ANALIZA TOMAR UNA DE LASMEDIDAS MÁS AUDACES DE SU CARRERA
La reunión de La Rioja entre Kicillof y Ricardo Quintela lo fortaleció en la interna pero, a la vez, le mostró los límites que tiene su estrategia de no romper con Cristina, Máximo y ¿con Massa?

Quienes hablan con él o con su cada vez más criticado operador político, Carlos «Carli» Bianco, le piden que se anime a ser el guía de un nuevo cambio en el peronismo kirchnerista. Axel Kicillof tomó conciencia que lo que se vio en La Rioja es todo lo que puede tener pero si no propone una discusión abierta con Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo, no podrá tener nada más.
Ricardo Quintela y Axel Kicillof coincidieron el sábado no solo para presentar la reforma constitucional riojana sino, además, en su preocupación por cómo reagrupar la próxima generación de peronismo sin que esto tenga nada que ver con lo que tuvieron que convivir hasta ahora.
No les será fácil. No sólo por la incómoda participación de Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza acusado de abuso sexual, al que pudieron apartar al utilizar todos los medios a su alcance para que estuviera en la foto final de familia en la que Quintela y Kicillof posaron en la presentación de la Nueva Constitución. Puertas adentro saben que “no sobra nadie” y que “por esa situación La Cámpora, Máximo Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner pueden seguir siendo el centro de gravedad sobre el que gira el pan peronismo.
El otro dirigente al que deben contemplar, pero al que no quieren darle el protagonismo que siempre reclama, es Sergio Massa. El líder del Frente Renovador, que viene amenazando no solo con un congreso partidario, sino con la presentación de un libro sobre su experiencia durante el gobierno del Frente de Todos, había insinuado, en abril, cuando la salida de su creación era inminente, que iba a decir todo lo que tuvo que hacer y lo que no pudo. Entre lo último, todos los boletos, extrañamente a lo que supone, se lo lleva Alberto Fernández.
Ahora lo que diga quizás no produzca el impacto que hubiera tenido hace tres o cuatro meses atrás, donde la información que surgía de los antiguos funcionarios de Alberto Fernández coincidían que no pudo ni devaluar ni realizar los ajustes que él pretendía porque el ex presidente se lo impedía, sino porque su vice lo determinaba. Ahora, todo puede ser posible.