MAR DEL PLATA: HACE 33 AÑOS LA FELIZ SE VESTÍA DE BLANCO
El 1 de agosto de 1991 Mar del Plata registró la última gran nevada de su historia

Semanas de frente frío y condiciones meteorológicas excepcionales asediaron Mar del Plata, el pronóstico anunciaba probabilidad de nieve, los marplatenses se ilusionaban con la posibilidad de ver caer aunque sea unos pocos copos, ya que desde 1975 no se registraba un fenómeno tal en la ciudad, pero ante la reiterada información de probabilidad, la esperanza se debilitaba. Los medios de comunicación repasaban en sus páginas las últimas nevadas y anunciaban los pormenores del pronóstico junto al anuncio de Diego Maradona de retirarse del Fútbol profesional, el fin del conflicto por la frontera de Argentina y Chile y un nuevo aumento del servicio de gas natural.
El 31 de julio hubo una breve nevisca y los medios locales expresaban su decepción. Bajo el título “Nieve, lo que se dice nieve no cayó, pero…” el diario La Capital el 1 de agosto detallaba que la nevisca no había sido lo suficientemente tupida como para que los marplatenses salgan a la calle para concretar el sueño de armar un muñeco de nieve o iniciar una guerra de copos con su familia y amigos. Según indicaban, el fenómeno fue “una pertinaz aguanieve que cayó graciosa sobre diversos sectores de la ciudad a las 15:15 y a las 15:40”
“Para mañana se anuncia un cielo cubierto, chaparrones costeros, mucho frío y probables heladas no descartándose de plano que pasada la medianoche nuevamente el agua nieve caiga sobre la ciudad. Pocos serán los que estén esperándolo”, sostenía el matutino en épocas en las que no había consulta inmediata al SMN.
Pero el 1 de agosto el clima sorprendió a miles de marplatenses. Por la madrugada, la nieve cubrió las calles de la ciudad y dejó una postal inédita de Mar del Plata teñida de blanco. Es que a diferencia de lo ocurrido en 1975, la nevada tuvo una densidad promedio de 8.5 cms y la sensación térmica llegó a marcar los veinte grados bajo cero, según consta en los registros que conserva el Servicio Meteorológico Nacional.
“Mar del Plata, blanca y de fiesta”, consignaba en su portada el diario Clarín. La Capital por su parte, en una edición especial titulaba “Nieve, una fiesta para Mar del Plata” con un logo especial para la ocasión que se extendió durante el mes y una semana posteriores en las que se publicaban a diario las fotografías que enviaban los lectores del matutino.
Desde la noche, poco importaba el frío, los marplatenses salían a disfrutar el fenómeno en grupo a la calle. Esta vez, la densidad de la precipitación fue suficiente para hacer muñecos de nieve, angelitos, esferas, etc.
Quienes abrían la ventana por la mañana y se sorprendían con el paisaje. Sin dudar miles de personas se dirigieron a la casa de fotografía más cercana a su domicilio en busca de un rollo de 24 o 36 fotogramas que les permita inmortalizar el momento en su cámara analógica. Fue una verdadera fiesta.
En concreto, el 31 de julio un aire atlántico extremadamente frío y seco ingresaba a todo el centro y norte de la República Argentina y desde la península antártica de sur a norte las nubes recorrían las costas patagónicas y bonaerenses. Minutos antes de la medianoche, la lluvia en Mar del Plata se fue transformando en agua nieve y, con el correr de los minutos, comenzó a solidificar.
Para la medianoche del 1° de agosto de 1991 los primeros copos de nieve eran una realidad, con una temperatura de 2ºc y 10ºc bajo cero de sensación térmica y un viento del este – sudeste con ráfagas de 40 kilóimetros por hora.
La nieve persistió hasta el mediodía, dejando un recuerdo inolvidable para los marplatenses. Hasta el momento, los archivos de la ciudad dan cuenta de ocho nevadas que impactaron a la población y ganaron un lugar en la primera plana de los medios nacionales.
El profesor de geografía especializado en meteorología José Javier Merlos explica que las posibilidades de que nieve en Mar del Plata “son pocas” ya que para que la ciudad se tiña de blanco «es necesario aire frío y una trayectoria de viento continental que provenga del área antártica por el centro de la Patagonia y, al llegar a la latitud de la provincia de Buenos Aires, tiene que tomar sentido hacia el este y generar algo de nubosidad y, por supuesto, nevadas».Fte. 0223