viernes 13 de septiembre de 2024 01:03:38

LAS INTERNAS ENTRE MÁXIMO KIRCHNER AXEL KICILLOF Y SERGIO MASSA, MUESTRAN UN PERONISMO BONAERENSE EN ALERTA

Los problemas económicos se suman a la cada vez más agobiante inseguridad. Además, como nunca antes, se activan causas que atraviesan a importantes dirigentes territoriales en medio de una interna que no se acomoda

El peronismo de la Provincia de Buenos Aires está en estado de alerta y ebullición. A las internas cada vez más visibles entre Máximo Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa se agrega el frío que les recorre por el cuerpo por dos temas que no pueden manejar. La paz social y la acción judicial que los acorrala y les impide desarrollar su campaña de cercanía con tranquilidad.

Inclusive los que están alejados del mundo kirchnerista están paralizados. Varios intendentes y dirigentes de importancia que no quieren saber nada con acompañar al trío de Máximo, Axel y Sergio también frenaron su plan de desarrollo “hasta que esto aclare”. Es que temen que, por el solo hecho de levantar la cabeza, le “vuele un carpetazo”, como los que dicen están recibiendo Fernando Espinoza o Gabriel Katopodis.

Al primero lo imputaron por presunto acoso sexual y abuso mientras que el segundo es el jefe político de General San Martín, de donde se fue hace cuatro años, en el que se investiga un sistema que le permitió el fallecido presidente del Concejo Deliberante, Sergio González, utilizara tarjetas de débito que no les pertenecían para retirar dinero sin que los dueños estuvieran enterados.

Algunos creen que todo es una “operación de pinzas” entre el kirchnerismo cristinista y Javier Milei, que necesitan acorralar a Kicillof y sus aliados, cuando la realidad es mucho más simple y lineal. Las causas se iniciaron antes de la llegada del anarco libertario al poder y ante la anarquía general, en la que no se conduce ningún ámbito institucional, cualquier estamento del poder está habilitado a hacer lo que le plazca. Nadie tiene una orden, ni para avanzar ni para frenar, como ocurrió históricamente.

La rebeldía interna, no obstante, empezó a notarse en la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires el martes pasado, cuando se aprobaron casi cincuenta pliegos de futuros funcionarios judiciales entre jueces, fiscales y camaristas. Según trascendió, Sergio Berni, que más allá de su discurso sigue siendo un alfil de Cristina Fernández de Kirchner, pretendió frenar el tratamiento.

Tajante, y con el respaldo del resto de los bloques, Luis Vivona, con quien no se lleva nada bien, motorizó la aprobación de las ternas y cargos ya acordados. El senador de Malvinas Argentinas, además, ahora tiene un conocido de lujo en lo más alto del gobierno nacional. El nuevo jefe de la AFI, Sergio Neiffert, es de esa localidad, al igual que el otro amante de la no inteligencia autóctona, Rodolfo Tahilade.

Randazzo, Vargas, Pichetto, Kikuchi y Bossio y un esbozo de armado de centro derecha clásico
Tanto como una Justicia activa también los tiene más que preocupados, y con razón, la crítica situación de la Policía Bonaerense y la inseguridad. Todos los legisladores opositores empezaron a preguntarse por qué motivo, a pesar de esto, Kicillof le prestó móviles a su par santafecino, Maximiliano Pullaro. “Seguro es porque no tiene gente para poner encima”, dijo, irónico, Ramón Vera, del bloque oficial de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires.

La explosión social que sacudió Tres de Febrero el lunes pasado, cuando en el medio de una protesta de repartidores de aplicaciones quemaron vehículos frente a la Comisaría 5ta. de Eufrasio Alvarez, Loma Hermosa, puso en alerta a la cúpula del Ministerio de Seguridad conducido por Javier Alonso, la mano derecha de Berni.

En la tarde de ayer, los ministros Gabriel Katopodis, de Infraestructura y Javier Alonso, de Seguridad, en representación de la Provincia Buenos Aires, se juntaron con Patricia Bullrich y Guillermo Francos en la Casa Rosada. De allí salieron con una única certeza. No hay plata.

Mientras tanto, los senadores provinciales Carlos Kikuchi y Sergio Vargas, que rompieron el bloque oficialista de LLA, ahora reivindicados al ver como vuelan por el aire los funcionarios y ministros, se animan a bosquejar alianzas de centro derecha con sectores afines.

Por eso no llamó la atención que se juntaran con los diputados nacionales Florencio Randazzo y Miguel Ángel Pichetto, dos de los opositores que primero se pusieron a disposición del oficialismo para que prosperaran la Ley Bases y el Pacto Fiscal. Como a todos, Javier Milei los insultó de tal manera que costó mucho para que volvieran a sentarse con él o con miembros de su gabinete.Fte.mdz