GUERRA NARCO DEJA MÁS MUERTOS ACRIBILLADOS EN EL CONURBANO BONAERENSE

En la jornada del lunes un grupo de no más de veinte personas cortaron la avenida Constituyentes, a la altura de Barrio Loyola, justo en el límite de General San Martín y Vicente López, en reclamo de justicia por el asesinato de un joven peluquero, de cuatro tiros por parte de un grupo de sicarios, en medio de una guerra narco que sigue arrojando víctimas cada vez de manera más frecuente en la antigua zona de influencia de Miguel Angel Villalba, alias Mameluco.

El peluquero David fue citado en una esquina del barrio y sin mediar palabra le tiraron cuatro tiros a quermarropa. El resto de los acompañantes que estaban junto con él en ese mismo momento, en la calle La Nueva al 1100, resultaron ilesos. De origen paraguayo, David Leyva habría estado vinculado a bandas de esa nacionalidad que se disputa con otros, vinculados con la colectividad peruana, el dominio de esa zona.

Hacía diez días, en un episodio que no tomó trascendencia pública ni provocó reacciones vecinales, en Villa Sarmiento, en el extremo norte de Villa Ballester, a pocos kilómetros de donde acribillaron a Leyva, fue encontrado un cadáver luego de un confuso episodio. Y, hace una semana, en Villa Hidalgo, también en la localidad de General San Martín, dos jóvenes murieron y otras cinco fueron heridas en un enfrentamiento entre diferentes facciones que se mueven cada vez con mayor virulencia en la zona de Villa Independencia y la franja de la zona geográfica de Reconquista, próximos al camino del borde, paralelo al Buen Ayre.

Se trata de una verdadera ruta del narcotráfico desde hace décadas, donde se mezclan, además, actividades mafiosas vinculadas con los desechos productos del reciclado, el vuelco clandestino de volquetes y otras actividades donde la mayor parte de las transacciones se manejan con la economía informal.

Como fue de público conocimiento por los operativos realizados con su consiguiente trascendencia pública en las villas 1-11-14 y Zabaleta, en Ciudad de Buenos Aires, la expansión del dominio narco en manos de personas indocumentadas o con origen en países limítrofes como Perú y Paraguay motorizó desde hace cinco años la intervención de fuerzas especiales en el Barrio Loyola, donde la banda de “los peruanos” había empezado a despojar violentamente o comprar bajo amenazas varias viviendas del antiguo plan FONAVI allí ubicado.

Tras las sucesivas muertes provocadas en los inicios del 2022 por la guerra entre bandas narcos que operaban en San Martín y que se expandió a otras localidades como Tres de Febrero, cuando apareció la cocaína adulterada que provocó más de dos docenas de muertos por su consumo, se tomó nota de otra noticia trágica: la incidencia de los carteles rosarinos, más precisamente de Los Monos, en toda esa operatoria.

Inclusive la aparición de un cadáver que luego fue acribillado ante las cámaras de seguridad, literal, en frente de la Villa 18, antiguo fuerte de Mameluco Villalba, confirmó la presencia de los sicarios narcos en la localidad. Ambos participantes de este ataque sicario fueron detenidos, uno en esos mismos días de septiembre, y el otro hace poco más de veinte días.

La preocupación no desaparece ya que los narcos rosarinos no habrían sido solo estos dos. En otro municipio, por causalidad, cuando se atrapó a un ladrón que había ingresado a robar a una vivienda, se encontraron que el delincuente era de esa ciudad santafecina y tenía relación directa con Los Monos. Finalmente, tras una serie de allanamientos en otras localidades del noroeste del Gran Buenos Aires fueron detenidos una docena de malvivientes, todos vinculados con el narcotráfico rosarino.

La nueva oleada de asesinatos y muertes se da justo en la semana que el gobernador Axel Kicillof y su ministro Sergio Berni le habían reclamado a las autoridades nacionales a cargo de Aníbal Fernández que le dieran explicaciones sobre los operativos anunciados por las fuerzas federales en el conurbano bonaerense. Fte.mdz