CON VISITAS SORPRESA AL CONURBANO VIDAL COMENZÓ A PROVINCIALIZAR SU CAMPAÑA
Todas visitas sorpresa, como para que no exista montaje previo ni interferencia de referentes locales que acaso puedan suavizar las críticas
“Hay que salir a la calle a escuchar a la gente”, repitió María Eugenia Vidal en cada uno de los mensajes que brindó tanto en público como en privado, en la sucesión de encuentros que mantuvo y mantiene con dirigentes de su espacio político. Tras la dura derrota electoral en las Primarias, la Gobernadora está convencida de que los primeros pasos que el oficialismo debe andar para comenzar a subir la empinada cuesta, es volver al mano a mano con los vecinos para testear sin intermediarios el malestar mayoritario que expresaron en las urnas.
Acaso como para dar el ejemplo, puso manos a la obra. Sin cámaras ni previo aviso. Sin fotos ni difusión oficial. Vidal empezó a recorrer distintas zonas del Conurbano en los últimos días con la premisa de intentar reconstruir ese vínculo que logró forjar en 2015 y que fue ratificado dos años después.
En la Gobernación reconocen que esas actividades ya forman parte de la agenda oficial, entremezcladas con las reuniones de catarsis y autocrítica y el diseño de un nuevo perfil de campaña con el que busca descontar la larga ventaja de 20 puntos que le sacó Axel Kicillof.
Los encuentros por ahora reservados en el Conurbano tienen una explicación lógica. En algunas de esas zonas, la ventaja que obtuvieron los candidatos del Frente de Todos resultó abrumadora. Por caso, en Virrey del Pino, en el corazón de La Matanza, la diferencia orilló la friolera de 60 puntos.
Se trata, además de marcarle el rumbo al resto de los candidatos en sintonía con la premisa de dar la cara y salir al territorio, del arranque de la campaña “provincializada” de Vidal, dispuesta a jugar a suerte y verdad en octubre con una estrategia electoral bien diferenciada de la Casa Rosada.
“Menos redes sociales y más contacto con la gente”, resumió uno de los funcionarios cercano a la mandataria. El contraste es notorio: mientras el jefe de Gabinete Marcos Peña insiste con trabajar sobre grupos de WhatsApp como forma de sumar adherentes al gobierno, Vidal no quiere saber nada por ahora de la campaña virtual. Cree que son tiempos de ir a algo más artesanal, al viejo cuerpo a cuerpo. Un trabajo de hormiga con dos objetivos: acusar recibo de la derrota y, además, tomar el pulso en aquellos barrios donde la boleta del Frente de Todos fue la preferida.
Cuentan que Vidal estuvo en zonas de La Matanza, Quilmes, Lomas de Zamora y Almirante Brown, todos distritos del sur del Conurbano donde el oficialismo fue derrotado con holgura. También mantuvo encuentros en distritos del norte del Gran Buenos Aires donde Juntos por el Cambio preveía hacer una mejor elección para compensar la previsible derrota en la zona sur, en la Tercera sección electoral.
Todas visitas sorpresa, como para que no exista montaje previo ni interferencia de referentes locales que acaso puedan suavizar las críticas.
Esta decisión de Vidal alumbró apenas conocidos los resultados del domingo 11. Al otro día, en una conferencia de prensa, dijo que la amplia derrota compelía al oficialismo a “escuchar más” a la gente.
Ese fue el mensaje que les dejó a intendentes, legisladores y candidatos con los que se reunió en los últimos días. El mano a mano en los barrios es el arranque de una modalidad que busca diferenciarse de la Casa Rosada. Una necesidad que también esbozaron varios jefes comunales que culparon del notorio derrape a las políticas económicas y que se preparan a alambrar sus distritos con el único objetivo de que a la gente la motive más en octubre el voto por la gestión local que los pesares que traen la inflación, la recesión y la pérdida de empleo.Fte. El Día