miércoles 24 de abril de 2024 21:36:11

LA PLATA: Diputados aprobó una ley que obliga a ceder tierras para viviendas

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La Cámara de Diputados bonaerense aprobó ayer un proyecto de ley por el que se establece que los nuevos emprendimientos inmobiliarios como countries, barrios cerrados, shoppings u otros que ocupen más de cinco mil metros cuadrados deban ceder el 10% de esas tierras o su equivalente en dinero para la construcción de viviendas sociales.

La iniciativa también prevé la creación del Consejo Provincial de Vivienda y Hábitat. El proyecto original, que lleva la firma de los diputados del Frente para la Victoria Alberto España y Alicia Sánchez (esposa de Luis D’Elía) y de Marcelo Saín de Nuevo Encuentro, tuvo varias modificaciones antes de su aprobación en Diputados y ahora deberá ser sancionado por el Senado. Además, la Cámara baja avanzó en la cesión de terrenos fiscales bonaerenses para el Programa de Crédito Argentino (Procrear), para lo que la Provincia tendrá un plazo de 180 días para informar a la Legislatura el listado de los inmuebles disponibles para el programa nacional.

Las propuestas son impulsadas por los diputados del kirchnerismo, aunque contaron con apoyo de otras bancadas. Sin embargo, se opuso el bloque Unión Celeste y Blanco, desde donde afirmaron en un comunicado que “la iniciativa deja al descubierto el fracaso rotundo de la política habitacional llevada adelante por el Gobierno a través del Plan Federal de Viviendas y el Procrear”, y opinaron que se quiere “responsabilizar a unos argentinos de lo que les sucede a otros profundizando las divisiones sociales”. Además, aseguraron que “el proyecto del oficialismo viola el artículo 17 de la Constitución nacional” y que “en la Provincia hay gran cantidad de tierras que hay que dotarlas de infraestructura para la construcción de nuevas viviendas”.

EN FOCO
Un serio problema de comprensión de la realidad

Evidentemente, los sectores políticos que ayer levantaron la mano a favor de la ley de Hábitat tienen un serio problema de comprensión de la realidad.

Si hay algo que sobra en la Argentina, es tierra. Existen kilómetros y kilómetros de tierras que prácticamente no se utilizan, algo que convierte a nuestro país en una de las naciones con menos cantidad de habitantes por metro cuadrado.

Considerar que el problema habitacional se soluciona mediante donaciones de los countries es de una mentalidad que el genial pensador Arturo Jauretche definía como de “señoros gordos”. Es decir, del más rancio asistencialismo conservador, como el que ponían en práctica las damas de beneficencia durante los gobiernos conservadores que se sucedieron en nuestro país y que daban simples dádivas a los necesitados, sin hacer nada para encontrar las soluciones de fondo que permitieran mejorar su calidad de vida e insertarlos en la sociedad.

El modelo económico que lleva adelante el kirchnerismo hace que millones de compatriotas, por más que les regalen la tierra, no estén en condiciones de construir y poder mantener una vivienda digna. Hay miles y miles de familias que subsisten con las asignaciones que discrecionalmente reparte el Gobierno con sus punteros políticos, que no hacen más que clausurar cualquier camino de ascenso social.

Muchas de las ciudades en la Provincia y el Conurbano se fueron desarrollando en función de centros productivos, que daban empleo ge-nuino y les permitía a las familias poder progresar en función de su propio esfuerzo, brindándoles posibilidades de cumplir con el sueño de la casa propia. Así, por ejemplo, una ciudad como Berisso, que surgió a partir de los saladeros del siglo XIX, tuvo una verdadera explosión demográfica con los frigoríficos que empleaban a miles de trabajadores provenientes de distintos lugares del mundo. Algo similar ocurrió en Ensenada, en la época de esplendor de YPF, que nada tiene que ver con la empresa vaciada y saqueada que está siendo administrada por los K. Y también puede destacarse el ejemplo de las ciudades de Berazategui y Quilmes, que crecieron a la par del desarrollo de la industria del vidrio y de la cerveza, respectivamente.

Sin crear las condiciones para un desarrollo productivo, es imposible que puedan solucionarse los problemas de millones de ciudadanos que viven en condiciones infrahumanas. Sin un mercado interno sólido, sin industrias básicas que den valor agregado a la economía y permitan a los excluidos volver a tener una cultura del trabajo, seguiremos siendo un país subdesarrollado.

La única forma de emprender un camino diferente es empezando por garantizar seguridad jurídica para que haya inversiones, en el marco de planes estratégicos que transformen a un país de servicios y agroexportador, en una nación industrializada, con un fuerte mercado interno.

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