MERLO: Un detenido por Robo acusa a Policías de haber asesinado a su espoza en el allanamiento a su casa
Un hombre que está detenido en la cárcel del partido bonaerense de Ituzaingó sospechado de participar de un asalto en Marcos Paz, denunció hoy que los siete policías bonaerenses que asesinaron a su mujer cuando allanaron su casa, están libres por un fallo de la Cámara Penal de Morón.
El hombre, José Velázquez, contó que el hecho sucedió en junio de 2009 cuando un grupo de policías de Delitos Complejos de La Plata allanó su casa de Merlo, supuestamente buscando evidencias que lo ligaran a un robo de un supermercado en Marcos Paz sucedido en 2006.
“Yo estaba durmiendo cuando a las 5 de la mañana me despierta mi mujer diciendo que había ruidos afuera y que había gente intentando entrar -contó Velásquez desde la cárcel-. Miré por la ventana y vi a dos personas vestidas con ropa de gimnasia, que no se identificaron como policías ni dieron la voz de alto”.
Según el hombre, mientras su mujer, Marcela Serrano, estaba mirando por la mirilla de la puerta para intentar saber qué pasaba, se escuchó una explosión que, supo poco después, era el disparo de una itaka. “Mi mujer me dijo `me dieron y se cayó al piso. Yo agarré a mi hijo de 3 años, que estaba llorando, y lo llevé a la habitación. Pensé que eran ladrones y tiré tres tiros con mi arma, de la que soy legítimo usuario”, explicó.
“A mí me dejaron preso por el robo, sin pruebas; y los policías que asesinaron a mi mujer, fueron liberados y bancados por Stornelli que era el ministro”, agregó Velázquez, quien también aseguró que la orden de allanamiento que luego le mostraron tenía la dirección de su casa, pero otro número de documento.
“Decían que yo estaba fugado y que tenía pedido de captura. Pero yo nunca me fui de mi casa, y siempre trabajé en el Bingo de Ciudadela”, concluyó el hombre, que asegura estar “destruido” después de lo sucedido.
En la causa, el fiscal de Morón Marcelo Tavolaro había ordenado la detención de los siete policías comparando su accionar con una patota típica de la dictadura.Por Luis Sangiorgio