POLITICA: El lider de la CGT podría heredar el PJ Bonaerense debido al estado se Salud del Vicegobernador y esto inquieta a los Intendentes del conurbano
La salud del vicegobernador bonaerense Alberto Balestrini no sólo generó un cimbronazo por su ausencia en el ámbito político, sino por las especulaciones que se están dando por su eventual sucesión en el poder.
Más allá de la posibilidad de su reemplazo en algunas de sus funciones por parte del vice primero del Senado bonaerense, Federico Scarabino, que no provocó el desconsuelo ni la desilusión de nadie, la incógnita que desvela por estos momentos a los principales dirigentes del peronismo provincial, es qué va a pasar con el otro cargo que tiene Balestrini: la presidencia del PJ bonaerense.
Como explicó este medio, la ausencia del vicegobernador al frente del PJ desemboca en que Hugo Moyano, que es el vicepresidente primero del partido, herede la presidencia del justicialismo provincial.
Y para evitar que se produzca esa sucesión natural, el PJ debería convocar a una nueva elección, lo que ya alimentó rumores que indican que el gobernador Daniel Scioli podría ser impulsado para presidir el partido y así rememorar las épocas de Eduardo Duhalde, cuando éste gozaba del codiciado unicato y comandaba la provincia y el peronismo en territorio bonaerense.
Pero el oficialismo bonaerense conoce los riesgos que conlleva ir a una nueva elección de autoridades partidarias. No sólo el fantasma de Eduardo Duhalde, que sigue siendo entre las sombras el máximo referente de una parte del justicialismo bonaerense, y el de Francisco De Narváez –que ya se inclinó públicamente para competir por la provincia-, sino también las ambiciones de poder de un grupo de intendentes jóvenes, hacen que los principales dirigentes del peronismo provincial desestimen de plano la posibilidad de convocar a una interna para elegir nuevas autoridades.
El sciolismo debería entonces conformarse únicamente con la vicepresidencia segunda, que será ocupada por la ministra bonaerense de Infraestructura, Cristina Álvarez Rodríguez, aunque también es una realidad que la sobrina nieta de Evita responde directamente a Casa Rosada.
Pero más allá de todas las especulaciones que se están dando en el justicialismo, hay una premisa común con la que todos coinciden: por una cuestión de respeto hacia Balestrini, no habrá elecciones internas. Eso significa que Moyano será el heredero natural, cuando menos lo esperaba, de la estructura que le puede representar el puente ideal para llegar a la gobernación de la provincia.
La basura como factor de presión
El temor de buena parte del justicialismo bonaerense recae en que Moyano, como amenaza concreta para conseguir el Sillón de Dardo Rocha, podría encabezar una especie de renovación del partido.
Eso al menos sucedería teniendo en cuenta que las butacas reservadas que ostentan algunos dirigentes desde hace años –fundamentalmente los intendentes del Conurbano-, ya no tendrían dueño y podría haber vía libre para el ingreso a la estructura partidaria de una serie de dirigentes ligados al sindicalismo que nunca tuvieron su oportunidad.
El ascenso de Moyano podría dar por tierra entonces con el llamado “PJ histórico”. El camionero tendría, además, el arma perfecta para evitar cualquier acto de rebeldía de los intendentes.
A través de la empresa Covelia, a la que está ligado y que tiene la concesión de la recolección de basura en distritos como Tres de Febrero Lanús, Lomas de Zamora, Escobar, Esteban Echeverría, San Miguel y San Martín, el titular de la CGT tendría la herramienta justa para amenazar con el caos si las cosas no salen como planea.
Por ende los barones del Conurbano tendrían como sola instancia de reclamo al ex presidente Néstor Kirchner, el único que puede darle una orden amable al líder de la CGT.
Pero ningún intendente del Conurbano se anima, tras la derrota electoral del año pasado, a manifestarse individualmente ante Kirchner, sino que cada uno prefiere perderse en la nebulosa de la Primera y Tercera secciones electorales y moverse en bloque con el resto de los jefes comunales del Gran Buenos Aires.
Para colmo, como pudo saber este medio de fuentes del PJ bonaerense, en caso de que tenga que asumir la presidencia, Moyano recibiría la bendición del propio Kirchner, que de algún modo se vengaría de la estrategia ambigua que los intendentes llevaron a cabo para el 28 de junio.
Los recelos
Moyano no le cae bien a todo el justicialismo. Es que el camionero no sólo genera resquemores al aparecer al lado del matrimonio Kirchner en cuanta ocasión se presenta, sino que a través de algunos gestos que tuvo a lo largo del último año ha marcado que piensa alcanzar la cima de la pirámide a nivel provincial sin el aval de los dirigentes históricos que tuvieron el lugar asegurado en el espectro de poder bonaerense.
Uno de esos gestos fue el lanzamiento de la Corriente Nacional Sindical Peronista (CNSP), el trampolín que eligió Moyano para cumplir con su objetivo de gobernar la provincia y que genera sensaciones encontradas en el justicialismo.
Moyano logró enojar a algunos correligionarios cuando pidió más espacio para la CGT en la lista que perdió en los comicios de junio de 2009 y más recientemente con su amenaza constante a participar de las internas del justicialismo bonaerense.
Cómo entrar en la provincia
El camino rápido para que Moyano se consolide en territorio bonaerense se da a partir de sus nexos con dirigentes estratégicos del peronismo provincial.
El líder de la CGT cuenta con una excelente relación con Emilio Pérsico, líder del poderoso Movimiento Evita, al que incluyó en el lanzamiento de la CNSP. Esa relación le permite contar con una base militante envidiable, que se podría plegar a la que ya ostenta por su condición de líder sindical.
El camionero tiene además buena relación con el máximo rival de Balestrini dentro del PJ bonaerense, el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Horacio González, con el que se reunió personalmente en febrero.
Si bien desde entonces, como pudo saber este medio, no se volvieron a ver las caras, mantienen un nexo tanto a través del diputado nacional Octavio Argüello, un delfín de Moyano que es amigo de González desde la época en la que compartían bancada en la Legislatura bonaerense, como del diputado provincial Jorge Mancini.
Mancini es un moyanista que logró la presidencia de la Comisión de Trabajo en la Cámara baja bonaerense gracias a la intervención del líder de la CGT, que a través de un simple llamado telefónico logró que lo colocaran en ese puesto estratégico.
Y no es un dato para desestimar que González renovó su relación con Kirchner. Como pudo saber La Política Online, hace 10 días el presidente de la Cámara baja bonaerense tomó un café en Olivos a solas con el titular del PJ a nivel nacional, en la que González obtuvo el indulto de Kirchner tras la reunión “rebelde” que encabezó en Pinamar en enero con un grupo de legisladores provinciales, que casi le cuesta el cargo por la temida ira del santacruceño.
González cuenta además con una excelente relación con el Movimiento Evita, a través del número dos de la organización que encabeza Pérsico, Fernando “Chino” Navarro, que integra la mesa chica del peronismo en la Cámara de Diputados junto al hombre de Ituzaingó.
Sólo a través de esta buena relación, Moyano ya puede hacer ruido en el PJ bonaerense y revivir un rumor que estuvo circulando en los últimos meses en el ámbito provincial y que pronosticaba una interna Moyano-González versus Scioli-Balestrini para 2011.
La posible ausencia de Balestrini en ese cuadro desvía las flechas hacia otro de los grandes perdedores del ascenso de Moyano, el ministro de Desarrollo Social de la provincia, Baldomero “Cacho” Álvarez de Olivera, que si bien forma parte del Ejecutivo que comanda el ex motonauta, no pertenece al sciolismo puro, lo que podría generar incomodidades tarde o temprano a la hora de hablar de fórmulas.