POLITICA: El diputado Juan José Alvarez negoció su regreso al Kirchnerismo
Mientras se discute en los medios la pérdida de las mayorías y las dificultades para aprobar leyes que tiene el oficialismo, Néstor Kirchner en persona trabaja con la paciencia de un orfebre en la tarea de reclutar aliados. Hace un mes, Crítica de la Argentina reveló las negociaciones secretas del Gobierno con el diputado nacional de extracción gremial Julio Ledesma, que culminaron en el alejamiento de dos diputados del narvaecismo. Ahora, se trata de un alfil: hace quince días el ex presidente logró un acuerdo, en la privacidad de Olivos, con el justicialista disidente Juan José Álvarez. La figura de Álvarez no es una ficha cualquiera para el tablero de Néstor. No sólo se trata de un diputado más para sus filas y un diputado menos para la oposición. Juanjo conoce como pocos al adversario ya que, hasta ayer nomás, era una de sus figuras rutilantes. Además de su trayectoria en cargos públicos, que pasó de superintendente de Fronteras en los años noventa, intendente de Hurlingham en dos oportunidades, ministro de Seguridad provincial y de Justicia de la Nación antes de ser diputado, tiene otras aptitudes que le interesan en estos momentos a Kirchner. Acompañó a Chiche Duhalde en 2005, promovió la candidatura presidencial de Lavagna y fue jefe de campaña de Unión-PRO en 2007. Quienes entienden el arte de la guerra, del que se nutre el arte de la política, explican que para triunfar, además de conocer la tropa propia y sus limitaciones, hay que conocer a fondo las líneas del enemigo. Atrás quedan historias confusas, como el paso de casi vice de Néstor a arquitecto de la oposición, el carpetazo que reveló su paso por la SIDE de la dictadura y el salto de vuelta al PJ-K.
Ahora hay necesidades más urgentes. Las malas noticias de las encuestas, la decisión de De Narváez de pelear la interna del PJ, la reaparición del Lole y la irrupción de un foco rebelde en la provincia hicieron el resto. La política, dicen, es el arte de lo posible.
“No se puede rehacer el PJ sin Néstor”
J.R.
-Hace unos días se reunió con Kirchner en Olivos, ¿cuánto hacía que no hablaba con él?
–Cinco años. Lo había visto en enero de 2005 en el despacho de Alberto Fernández, cuando me hice cargo del Ministerio de Seguridad porteño, después de Cromañón.
–¿Quién los acercó? Se habla de Gerardo Werthein (La Caja, Telecom), de Julio Alak, de Alberto Balestrini.
–La relación se dio en la Cámara y tuvo más que ver Agustín Rossi que con los tres que me menciona.
–¿Que pasó cuando se sentó con Kirchner? En 2005 se convirtió en uno de los principales diputados de la oposición hasta que apareció la información de su paso por la SIDE en los años de la dictadura. ¿Cree que detrás de la difusión de esa información estuvo la mano del Gobierno?
–Ésa es una información del Estado que, se suponía, debía resguardar. De todos modos, eso es una cuestión personal que me afecta a mí y a mi familia. Pero lo que yo debo hacer es sacar las cuestiones subjetivas y discutir las cuestiones objetivas, como la política. Dejo de lado mis dolores, mis rencores, mis broncas.
–¿Por qué se fue de al lado de De Narváez?
–Nada en especial. Tuvimos ideas de construcción distintas.
–¿Cuánto hace que no habla con Duhalde?
–Sólo tuve una relación día a día con él cuando fui su ministro de Seguridad en 2003. Me llamó hace unos días para cargarme por la derrota de River frente a Banfield.
–¿Por qué abandonó el peronismo disidente?
–Me parece que la disidencia permanente no tiene razón de ser. En algún momento, hay que pelearla adentro.
–Usa el argumento del Gobierno al presentar la reforma política que usted votó en contra.
–¿Sabe qué pasa?, me parece que se perdió una oportunidad para avanzar mucho más por esa postura de tómelo así o déjelo. No estoy arrepentido de ese voto.
–Y del resto de sus votos, la mayoría contra los deseos del oficialismo, ¿sí se arrepiente?
–No. Voté en contra de la estatización de Aerolíneas, las AFJP, la ley de medios, hasta de la 125. Volvería a votar igual.
–Si no coincide, ¿por qué ahora se acerca a Kirchner?
–Por el partido. Querer reestructurar y revitalizar el Partido Justicialista sin Kirchner es como jugar sin arquero. Los radicales, ¿pueden negarlo a Cobos? No. Por eso a muchos se les habrá atragantado el asado cuando lo vieron llegar a la reunión de San Nicolás. ¿Y por que lo aceptaron? Porque no lo pueden negar.Fte.por Javier Romero por criticadigital.com.ar textual